Estamos en una, pero también en todas

Muchas veces, nos encontramos un tanto perdidos en nuestro camino emprendedor. No recordamos por qué iniciamos este viaje o qué nos llevó hasta aquí. Dudas nos sobran: ¿Es nuestro producto o servicio realmente bueno? ¿A quién estamos vendiendo exactamente, y qué valor estamos aportando? Incluso nos preguntamos si sería mejor actualizar nuestro currículum y buscar empleo tradicional.

En términos modernos, podríamos decir que "estamos en una". Esta expresión, de cierta manera, refleja la complejidad de la situación. A veces, no comprendemos exactamente lo que nos sucede; otras veces, sí lo sabemos, pero aún no podemos articularlo en palabras. Esta frase también nos permite esquivar preguntas que tal vez nos incomoden, ya sea porque no queremos dar detalles o porque aún no podemos hacerlo.

Estos dilemas son comunes en el camino del emprendimiento y, en ocasiones, pueden conducir al fracaso. Lo preocupante es que a menudo ni siquiera nos reconocemos a nosotros mismos. ¿Qué pasó con esa persona motivada que se comía el mundo? ¿Cuándo perdimos la confianza y la claridad? Es importante recordar que para nosotros, los emprendedores, el emprendimiento es más que un simple negocio; es un proyecto de vida. Por lo tanto, es crucial no abandonarlo. Si surge un problema, debemos abordarlo y retomar el control. Aunque podamos sentirnos "en una", también estamos "en todas". Es por esto que debemos analizar y resolver los problemas para llevar nuestro emprendimiento al siguiente nivel.

Dedicar tiempo a comprender lo que está sucediendo y tomar decisiones es fundamental. Aunque cada emprendimiento es único, los siguientes pasos, organizados de menor a mayor complejidad, suelen dar resultados:

  1. Asegúrate de que tu emprendimiento esté alineado con tus objetivos de vida. ¿Sientes que vives únicamente para tu negocio, o te permite tener el estilo de vida que siempre soñaste?
  2. Describe detalladamente todas las tareas que realizas actualmente y identifica aquellas que te generan más dificultades. ¿Podrías delegar o tercerizar las más problemáticas? A veces, es mejor ganar un poco menos y mantener el emprendimiento en movimiento.
  3. Grafica un modelo de negocios simple para entender cómo generas valor para tus clientes y cómo monetizas ese valor. Prueba hacer algunos cambios y mide su impacto en la rentabilidad.

Finalmente, es importante comprender que esta situación no es necesariamente negativa. Te encuentras en una encrucijada que puede impulsarte hacia adelante. Estás "en una" y "en todas", en un momento en el que analizas tu negocio para tomar decisiones estratégicas.

Has llegado al final de este nivel, ¿podrás llegar al siguiente?



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